Los hombres de hoy en día que consiguen citas por internet,
¿Cómo lo hacen?
Si estás buscando una manera de conocer mujeres, que además de simple, sea natural y que aumente considerablemente tus posibilidades de encontrar pareja, en esta página te mostraré cómo puedes hacer eso.
Pero antes de nada, ¿sabías que no es por ser guapo?
"Cuando...
...descargué Tinder por primera vez tendría unos 20 años.
E hice lo que cualquier hombre hace cuando se crea una cuenta nueva en una app de citas.
Sí, acertaste.
Subir las cuatro primeras fotos que uno encuentra en su galería.
Esta fue una de ellas
Mi cresta de punkarra en aquel entonces era espectacular, y era la foto que más me gustaba.
Pero si hay algo que me quedó clarísimo es que: así como yo soy daltónico y no puedo apreciar ciertos colores, hay otras personas que no iban a apreciar semejante obra de arte...
Así que me tuve que adaptar y borrarla.
El caso es que no recibí ningún like de vuelta.
Y después de borrar la foto.
Algunos me empezaron a caer.
Pero la gran mayoría eran de mujeres que si las llegara a ver por la calle apartaría la mirada.
Por si pensaban que quería algo con ellas, claro.
Yo era el único de mi grupo de amigos que tenía Tinder, y cuando quedábamos, casi siempre había alguna mofa sobre el tema:
—¿Tienes Tinder? Pero si ahí solo hay bichos raros Dani...
—¡Ya tío, eso es para gente desesperada jajajaja!
Y ese tipo de cosas, aunque agachara la cabeza y me tocara los cojones, siempre pensé que si yo era un tipo normal y me lo había descargado, ¿Por qué no iba a encontrarme con chicas normales?
Con los años iba cambiando mi perfil con fotos que me hacían de fiesta, cenas o hasta las típicas selfies del pulgar arriba con esos auriculares de cable asomándose por el cuello de la camiseta, (nunca me ha gustado hacerme fotos, nunca, lo odio).
Siempre pensaba que algún día podía tener varias tías con un buen par de tetas pendientes de mi desde la palma de mi mano, eso me excitaba, me la ponía dura...
Pero no era tan fácil, al menos para mi, quiero decir... cuando conocía chicas en persona, era un cachondo y solía vacilarlas, ¿funcionaba? en parte, pero por Tinder no era lo mismo, parecía un flipao, me sentía como un chaval que iba de gracioso pretendiendo impresionarlas, eso las hacía sentir incómodas y al final me quitaban el match o me dejaban de escribir.
Cuando intenté cambiar esto fue bastante jodido, escribía algo, lo borraba, luego escribía algo más ridículo todavía, y lo volvía a borrar, me sentía un idiota tratando de sorprender a una chica que ni conocía, pero me negaba rotundamente a tener la típica conversación de:
—Hola, ¿Cómo estás?
—Muy bien, y tú?
—Me alegro, yo también, y que haces?
Era un puto coñazo, si algo tenía claro es que las mujeres ya tenían a muchos tíos tratando de aburrirlas o de quedar con ellas a todas horas, ellas ya tienen valor por ser mujeres atractivas, ellas ya atraen a los hombres solo por existir, ya son valiosas, por lo tanto, era responsabilidad mía no ser otro más y destacar, no sabía cómo, pero estaba convencido de que se podía.
Un amigo (más bajito, con menos pelo, y pesando 8 kilos más que yo) se descargó Tinder y conseguía más matches, y entendí que, para empezar a diferenciarme, debía empezar por las fotos, aunque las odiase, eran lo más importante.
Después, descubrí algunas frases que vi por internet, tampoco eran gran cosa, pero me sirvieron para dejar de pensar constantemente, y a la vez, diferenciarme un poco y dejar de estresarme con los dos o tres primeros mensajes.
Las guardé en las notas del móvil y si hacía algún match con una mujer que me gustaba, sabía que estaría más cerca de conseguir su número o tomar un café, aunque muchas me decían:
—Oye, al final no voy a poder hoy, perdona.
Después de ese tipo de mensajes, me sentía rechazado y me desilusionaba bastante rápido.
Al final fui consiguiendo bastantes citas con mujeres, aunque rara vez teníamos sexo y tampoco querían repetir, y las que sí, no eran muy guapas. Tampoco quería ir quedando con mujeres que no me gustaban tanto.
Hasta que en el Agosto del 2021, justo 2 días antes de coger vacaciones en la barbería pasó algo...
Hice match con una chica por Tinder que me encantó, y quedamos en que, cuando empezase las vacaciones, la pasaría a buscar y se vendría a casa.
Cuando la vi salir de la puerta de su casa, me descolocó, era mejor que en las fotos, era una mujer que imponía, en serio, de esas que cuando la ves por la calle piensas: "si me acerco, me voy humillado".
Era delgada y medía como 1'70m, a mí me parecía guapa. Su cara era un poco alargada y tenía una expresión traviesa. No llevaba mucho maquillaje, solo pude apreciar la raya en el ojo muy marcada. Tenía un piercing en la nariz. Era de piel clara. Con el pelo negro que le llegaba hasta los hombros y tenía unos pechos muy grandes, dios, eso si que eran tetas... Cuando sonrió al verme, vi unos dientes muy blancos que le cambiaron la expresión y su mirada parecía decirme: «¿A qué vamos a jugar hoy?» Al abrazarla, sabía que su apariencia de "intocable" que proyectaba, solo era una coraza detrás de una niña dulce y cariñosa que fue herida en el pasado, solo quería recibir amor y sentirse protegida. En ese abrazo de tres segundos, supe que tenía el superpoder de parar las agujas del reloj, era capaz de hacerme olvidar cualquier preocupación que tuviera en mi mente.
Fuimos a mi pueblo, tomamos algo en un bar y luego fuimos a mi casa, al cabo de una hora nos empezamos a enrollar en el comedor y estuvimos follando durante más de una hora, acabé tan empapado de sudor que me fui a duchar con agua congelada, cuando terminé, estaba tan relajado que me quedé dormido en un par de minutos mientras me acariciaba la espalda.
Al día siguiente tenía que traerla de vuelta a las 4 de la tarde, hacía tanto calor, que después de comer me volví a duchar, me sequé el pelo, me vestí, y al salir del baño, noté un olor que me recordó a mi madre cuando limpiaba a fondo los domingos, me dirigí hacia la cocina a dejar la ropa sucia en el canasto, y cuando pasé por el comedor, la vi sentada en el sofá, mirando su teléfono y con todo ordenado, la manta del sofá bien doblada, la mesa del comedor limpia con el mando de la tele en su sitio, había barrido todo el comedor y tenía la mochila apoyada al lado de la puerta y pensé:
—Oh dios, esto se acaba...
Alzó la mirada, me sonrió, le sonreí, y cuando llegué a la cocina me di cuenta que también había fregado los platos del mediodía, esto no podía estar pasando, si hay alguna muestra de amor más grande que fregar los platos, diría que es que te cocinen, ya había subido algunas chicas a casa, pero nunca me había sentido tan amado como en aquel instante.
Pasé por el comedor de vuelta y le di las gracias, en mi habitación, mientras me estaba calzando, cogí una bocanada de aire, miré al techo, cerré los ojos y suspiré muy fuerte, sentí un escalofrío por todo el cuerpo y después miedo, esta aventura se iba a terminar y no sabía si la iba a volver a ver, me acerque a la puerta, cogí su mochila, la llevé a su casa y nos despedimos.
Me marché para casa tan rápido como pude. Cuando llegué, abrí la nevera, cogí una cerveza y me tumbé en el mismo lugar donde ella me esperó al salir de la ducha, todavía olía a ella, traté de relajarme, pero, para que negarlo, estaba preocupado porque no sabía si nos íbamos a volver a ver.
Pasé todo el resto del día imaginándome una y otra vez lo que viví con ella, al final me dormí.
Al día siguiente me esperé hasta el mediodía para escribirle de vuelta, quería ocultar mi obsesión por ella y con volver a verla, pero no me pude contener, y me dejé llevar por mis emociones, por mi culpa le saltaron todas las alarmas.
Y ya no había nada que hacer, la agobié hasta tal punto, que acabó bloqueándome si piedad de todos lados, whatsapp, llamadas, sms's, redes sociales, todo.
Esa fue la primera vez que sentí que ya no merecía la pena vivir, me pegué un hartón de llorar durante horas, los vecinos todavía deben recordar aquel día.
Estaba de vacaciones y lo único que quería era volver a trabajar en la barbería para distraerme, quería dejar de sentirme culpable, pensé en redactarle un texto y eso me calmó.
Ese texto que le escribí eran todo disculpas, al cabo de una semana le pedí el favor a un amigo de enviarselo desde su móvil, lo único que recibí de vuelta fue:
—Por favor, no me escribas más o llamaré a la policía.
Lo sentí como una puñalada en el corazón... una vez me acerque a su casa, pero me quedé llorando dentro del coche, a los 20 minutos me fui, pensé en las consecuencias de hacer eso y que, si ella quería, me podía meter preso, así que volví para mi casa.
A raíz de aquello me prometí que nunca más me iba a volver a sentir así, y empecé a informarme de todo lo relacionado con la seducción, la psicología femenina, leí un montón en internet, compré cursos...
Desde entonces he conocido muchas, muchísimas mujeres, y encontré qué había un montón de cosas que podía hacer, no solo para atraer mujeres, sino, para evitar causarles rechazo.
Igual que somos capaces de mejorar nuestra comunicación por texto y en persona sin fingir alguien que no eres, también se puede aprender a generar interés en las mujeres, también hay formas de interiorizar estados mentales que favorecerá nuestra seguridad y autoestima.
Desde entonces, ha desaparecido la preocupación que tenía a la hora de escribir mis mensajes, sé leer perfectamente si la chica que tengo delante está dispuesta a tener sexo conmigo y cómo puedo escalar y conectar con ella durante toda la interacción... y toda esa información que he recopilado estos años, la tengo en esta formación, que entre otras cosas te enseña...
Una guía de inicio rápido que puedes usar para tener sexo en la próxima semana
Cuáles son las mejores apps de citas
Cómo aumentar tu percepción de valor para atraer a mujeres atractivas
Cómo elegir las fotos correctas para tu perfil que te harán conseguir matches
Ejemplos de descripciones para que ella piense: “Este tío tiene algo”, y además te hable primero
Cómo enviar mensajes que no podrá ignorar (ni querrá hacerlo)
Ejemplos de conversaciones exitosas analizadas que siguen el método.
Cómo organizar citas donde ella venga directamente a tu casa y lista para tener sexo, (aunque estéis a una hora de distancia)
Cómo lidiar con objeciones y preocupaciones (sí, mínimo te pondrán 1 o 2)
Qué hacer cuando esté en tu casa para que acabes teniendo sexo
y empecé a dar likes a chicas que me gustaban, pero muy pocas veces los recibía de vuelta.
Sí, mira.
Si has visto mis fotos ahora, , la gran mayoría eran de mujeres que si las llegara a ver por la calle apartaría la mirada, por si pensaban que quería algo con ellas, claro.
Yo era el único de mi grupo de amigos que tenía Tinder, y cuando quedábamos, casi siempre había alguna mofa sobre el tema:
—¿Tienes Tinder? Pero si ahí solo hay bichos raros Dani...
—¡Ya tío, eso es para gente desesperada jajajaja!
Y ese tipo de cosas, aunque agachara la cabeza y me tocara los cojones, siempre pensé que si yo era un tipo normal y me lo había descargado, ¿Por qué no iba a encontrarme con chicas normales?
Con los años iba cambiando mi perfil con fotos que me hacían de fiesta, cenas o hasta las típicas selfies del pulgar arriba con esos auriculares de cable asomándose por el cuello de la camiseta, (nunca me ha gustado hacerme fotos, nunca, lo odio).
Siempre pensaba que algún día podía tener varias tías con un buen par de tetas pendientes de mi desde la palma de mi mano, eso me excitaba, me la ponía dura...
Pero no era tan fácil, al menos para mi, quiero decir... cuando conocía chicas en persona, era un cachondo y solía vacilarlas, ¿funcionaba? en parte, pero por Tinder no era lo mismo, parecía un flipao, me sentía como un chaval que iba de gracioso pretendiendo impresionarlas, eso las hacía sentir incómodas y al final me quitaban el match o me dejaban de escribir.
Cuando intenté cambiar esto fue bastante jodido, escribía algo, lo borraba, luego escribía algo más ridículo todavía, y lo volvía a borrar, me sentía un idiota tratando de sorprender a una chica que ni conocía, pero me negaba rotundamente a tener la típica conversación de:
—Hola, ¿Cómo estás?
—Muy bien, y tú?
—Me alegro, yo también, y que haces?
Era un puto coñazo, si algo tenía claro es que las mujeres ya tenían a muchos tíos tratando de aburrirlas o de quedar con ellas a todas horas, ellas ya tienen valor por ser mujeres atractivas, ellas ya atraen a los hombres solo por existir, ya son valiosas, por lo tanto, era responsabilidad mía no ser otro más y destacar, no sabía cómo, pero estaba convencido de que se podía.
Un amigo (más bajito, con menos pelo, y pesando 8 kilos más que yo) se descargó Tinder y conseguía más matches, y entendí que, para empezar a diferenciarme, debía empezar por las fotos, aunque las odiase, eran lo más importante.
Después, descubrí algunas frases que vi por internet, tampoco eran gran cosa, pero me sirvieron para dejar de pensar constantemente, y a la vez, diferenciarme un poco y dejar de estresarme con los dos o tres primeros mensajes.
Las guardé en las notas del móvil y si hacía algún match con una mujer que me gustaba, sabía que estaría más cerca de conseguir su número o tomar un café, aunque muchas me decían:
—Oye, al final no voy a poder hoy, perdona.
Después de ese tipo de mensajes, me sentía rechazado y me desilusionaba bastante rápido.
Al final fui consiguiendo bastantes citas con mujeres, aunque rara vez teníamos sexo y tampoco querían repetir, y las que sí, no eran muy guapas. Tampoco quería ir quedando con mujeres que no me gustaban tanto.
Hasta que en el Agosto del 2021, justo 2 días antes de coger vacaciones en la barbería pasó algo...
Hice match con una chica por Tinder que me encantó, y quedamos en que, cuando empezase las vacaciones, la pasaría a buscar y se vendría a casa.
Cuando la vi salir de la puerta de su casa, me descolocó, era mejor que en las fotos, era una mujer que imponía, en serio, de esas que cuando la ves por la calle piensas: "si me acerco, me voy humillado".
Era delgada y medía como 1'70m, a mí me parecía guapa. Su cara era un poco alargada y tenía una expresión traviesa. No llevaba mucho maquillaje, solo pude apreciar la raya en el ojo muy marcada. Tenía un piercing en la nariz. Era de piel clara. Con el pelo negro que le llegaba hasta los hombros y tenía unos pechos muy grandes, dios, eso si que eran tetas... Cuando sonrió al verme, vi unos dientes muy blancos que le cambiaron la expresión y su mirada parecía decirme: «¿A qué vamos a jugar hoy?» Al abrazarla, sabía que su apariencia de "intocable" que proyectaba, solo era una coraza detrás de una niña dulce y cariñosa que fue herida en el pasado, solo quería recibir amor y sentirse protegida. En ese abrazo de tres segundos, supe que tenía el superpoder de parar las agujas del reloj, era capaz de hacerme olvidar cualquier preocupación que tuviera en mi mente.
Fuimos a mi pueblo, tomamos algo en un bar y luego fuimos a mi casa, al cabo de una hora nos empezamos a enrollar en el comedor y estuvimos follando durante más de una hora, acabé tan empapado de sudor que me fui a duchar con agua congelada, cuando terminé, estaba tan relajado que me quedé dormido en un par de minutos mientras me acariciaba la espalda.
Al día siguiente tenía que traerla de vuelta a las 4 de la tarde, hacía tanto calor, que después de comer me volví a duchar, me sequé el pelo, me vestí, y al salir del baño, noté un olor que me recordó a mi madre cuando limpiaba a fondo los domingos, me dirigí hacia la cocina a dejar la ropa sucia en el canasto, y cuando pasé por el comedor, la vi sentada en el sofá, mirando su teléfono y con todo ordenado, la manta del sofá bien doblada, la mesa del comedor limpia con el mando de la tele en su sitio, había barrido todo el comedor y tenía la mochila apoyada al lado de la puerta y pensé:
—Oh dios, esto se acaba...
Alzó la mirada, me sonrió, le sonreí, y cuando llegué a la cocina me di cuenta que también había fregado los platos del mediodía, esto no podía estar pasando, si hay alguna muestra de amor más grande que fregar los platos, diría que es que te cocinen, ya había subido algunas chicas a casa, pero nunca me había sentido tan amado como en aquel instante.
Pasé por el comedor de vuelta y le di las gracias, en mi habitación, mientras me estaba calzando, cogí una bocanada de aire, miré al techo, cerré los ojos y suspiré muy fuerte, sentí un escalofrío por todo el cuerpo y después miedo, esta aventura se iba a terminar y no sabía si la iba a volver a ver, me acerque a la puerta, cogí su mochila, la llevé a su casa y nos despedimos.
Me marché para casa tan rápido como pude. Cuando llegué, abrí la nevera, cogí una cerveza y me tumbé en el mismo lugar donde ella me esperó al salir de la ducha, todavía olía a ella, traté de relajarme, pero, para que negarlo, estaba preocupado porque no sabía si nos íbamos a volver a ver.
Pasé todo el resto del día imaginándome una y otra vez lo que viví con ella, al final me dormí.
Al día siguiente me esperé hasta el mediodía para escribirle de vuelta, quería ocultar mi obsesión por ella y con volver a verla, pero no me pude contener, y me dejé llevar por mis emociones, por mi culpa le saltaron todas las alarmas.
Y ya no había nada que hacer, la agobié hasta tal punto, que acabó bloqueándome si piedad de todos lados, whatsapp, llamadas, sms's, redes sociales, todo.
Esa fue la primera vez que sentí que ya no merecía la pena vivir, me pegué un hartón de llorar durante horas, los vecinos todavía deben recordar aquel día.
Estaba de vacaciones y lo único que quería era volver a trabajar en la barbería para distraerme, quería dejar de sentirme culpable, pensé en redactarle un texto y eso me calmó.
Ese texto que le escribí eran todo disculpas, al cabo de una semana le pedí el favor a un amigo de enviarselo desde su móvil, lo único que recibí de vuelta fue:
—Por favor, no me escribas más o llamaré a la policía.
Lo sentí como una puñalada en el corazón... una vez me acerque a su casa, pero me quedé llorando dentro del coche, a los 20 minutos me fui, pensé en las consecuencias de hacer eso y que, si ella quería, me podía meter preso, así que volví para mi casa.
A raíz de aquello me prometí que nunca más me iba a volver a sentir así, y empecé a informarme de todo lo relacionado con la seducción, la psicología femenina, leí un montón en internet, compré cursos...
Desde entonces he conocido muchas, muchísimas mujeres, y encontré qué había un montón de cosas que podía hacer, no solo para atraer mujeres, sino, para evitar causarles rechazo.
Igual que somos capaces de mejorar nuestra comunicación por texto y en persona sin fingir alguien que no eres, también se puede aprender a generar interés en las mujeres, también hay formas de interiorizar estados mentales que favorecerá nuestra seguridad y autoestima.
Desde entonces, ha desaparecido la preocupación que tenía a la hora de escribir mis mensajes, sé leer perfectamente si la chica que tengo delante está dispuesta a tener sexo conmigo y cómo puedo escalar y conectar con ella durante toda la interacción... y toda esa información que he recopilado estos años, la tengo en esta formación, que entre otras cosas te enseña...
Una guía de inicio rápido que puedes usar para tener sexo en la próxima semana
Cuáles son las mejores apps de citas
Cómo aumentar tu percepción de valor para atraer a mujeres atractivas
Cómo elegir las fotos correctas para tu perfil que te harán conseguir matches
Ejemplos de descripciones para que ella piense: “Este tío tiene algo”, y además te hable primero
Cómo enviar mensajes que no podrá ignorar (ni querrá hacerlo)
Ejemplos de conversaciones exitosas analizadas que siguen el método.
Cómo organizar citas donde ella venga directamente a tu casa y lista para tener sexo, (aunque estéis a una hora de distancia)
Cómo lidiar con objeciones y preocupaciones (sí, mínimo te pondrán 1 o 2)
Qué hacer cuando esté en tu casa para que acabes teniendo sexo
Preguntas frecuentes
- Tendré 20 conversaciones de ejemplo analizadas a seguir, pero, a la hora de hablar con una chica las conversaciones no son las mismas, ¿me servirá igualmente?
Sí, de hecho es de las mejores maneras que puedes aprender, hay 20 conversaciones, por lo tanto hay mucha variedad de mensajes, comportamientos de mujeres y no solo eso, sino que en los mismos videos yo hablo de alternativas de mensajes y que podría haber dicho yo o ella, cada análisis es una masterclass básicamente, por lo tanto te va a servir, y mucho.
- Me estanco en las conversaciones, esto es para mi?
Efectivamente, este producto está creado para ti, sino, no.
- ¿Viene con alguna llamada o mentoría contigo para hacerte algunas preguntas?
No, es un producto suelto que está empezado y terminado, las mayoría de preguntas que tengas y que te vengan según aprendes a enviar mensajes para ligar eficientemente, están ahí.
- ¿Será efectivo aunque no tenga tú acompañamiento?
Es un producto pensado para que lo tengas siempre y lo puedas sentir como si estuviese a tu lado diciéndote que decir para un caso y para el otro, me rompí la cabeza para que sea lo más efectivo, créeme.
- ¿No es caro 330 euros?
No. Aprenderás cómo textear de manera eficiente para siempre. Así que pienso que es barato para el conocimiento que aporta.
- ¿Cuándo tendré acceso a el?
Una vez lo compres te enviaré un correo para que puedas acceder a él al momento.
Elias (va en Silla de Ruedas) pasó de tener 1-5 match/mes a tener +100 en 30 Días y consiguió su primera cita
Elias cambió por completo su autoestima y seguridad al ver que recibía atención por parte de las mujeres y empezó a percibirse atractivo.
Cambió su mentalidad y dejó de centrarse en lo físico.
Antes podía tardar 2 meses en tener una cita (con suerte).
Ahora podría tener una cita en 1-2 semanas.
Nico pasó de no lograr conectar ni tener citas eficientemente a tener 3 x semana
Nico sentía que no podía controlar cómo tener citas con mujeres.
Ahora está seguro de que podría conseguir una cita el mismo día.
Si hay química y buena comunicación, claro.
Cometía muchos errores y no se daba cuenta de que tenía que cambiar su manera de comunicarse.
Después de enseñarle cómo, lo entendió y los resultados llegaron solos.
Miguel terminó su relación de 5 años y no tenía juego para hablar con mujeres.
Me contactó y logró 21 Citas en 30 dias
Pasó de hablar con un montón de mujeres y llevarse un rechazo o un visto.
A poder tener entre 25/50 chats y estar contestando de manera activa.
Bruno contactó conmigo porque conocía mujeres en boliches y le iba bien.
Pero luego a través del chat terminaban en un visto.
Él se preguntaba:
- ¿Porque si en el baile fue bien, luego por chat no me da bola?
En 3 semanas logro entender que su manera de escribir no era nada buena..
Después miraba conversaciones anteriores y pensaba:
- Que desastre.. Ahora lo entiendo todo..
Ahora sus amigos le empezaron a pedir consejos.
Miguel quería tener más oportunidades con mujeres.
A los 3-4 días ya estaba hablando con muchas mujeres y convirtiéndolas en citas
Miguel aprendió muy rápido todo lo que le mostré en la primera llamada.
Desde cómo empezar.
Hasta conseguir la cita de manera orgánica.
Antes podía tardar 2-3 semanas.
Ahora en cuestión de 2-3 días sabe conseguir una cita.
Además ahora tiene abundancia con mujeres y puede decidir con quién.
Cristian no sabía cómo comunicarse por chat igual que en persona y se puso en contacto conmigo
En la primera semana ya entendió a la perfección mi método.
Y ahora sabe cómo aprovechar esta habilidad con las mujeres (obvio), amigos, familia incluso en su negocio.
Francisco tenía muchas complicaciones para iniciar una conversación. Después de 1-2 semana ya tuvo su primera cita
Al principio le daba demasiada importancia a cualquier conversación.
Entendió que lo que necesitaba para lograr su objetivo era adquirir seguridad, además de disfrutar.
Pronto empezó a experimentar abundancia con mujeres.